Resumen: Entre los sillares que forman el ábside del siglo XV de la iglesia de San Nicolás (Madrid), destaca uno de ellos por ser un fragmento con letras latinas grabadas. En este post ponemos en conocimiento qué pudo ser esta piedra, qué significa y de qué época puede ser.
Summary: Among the stones that form the 15th century apse of the church of St. Nicholas (Madrid), highlights one of them be a fragment engraved with Latin letters. In this post we inform what might be this stone, what it means and what time can be.
La iglesia de San Nicolás de Bari o San Nicolás de los Servitas es una de las joyas de nuestro querido Madrid al ser la iglesia más antigua de la capital. En su emplazamiento posiblemente se levantó una mezquita de barrio, sucediéndole después la iglesia cristiana que ya estaba levantada en 1202 según el Fuero de Madrid.
Como comprobamos en nuestra primera visita, aunque ha sufrido numerosas reformas a lo largo de los siglos tanto en su interior como en su exterior conserva elementos de todas las épocas. Destaca la torre mudéjar del siglo XII rematada por un chapitel del siglo XVII.
Iglesia de S. Nicolás. Plano de Texeira (1656)
La iglesia es del siglo XV y conserva varios elementos medievales. La nave y las capillas son también del XVII, y el bello pórtico de entrada de granito, con la imagen de San Nicolás obra del escultor Luis Salvador Carmona, es de comienzos del siglo XVIII.
Ábside de S. Nicolás (Madrid) (Foto: Mercedes Gómez)
Paseando por el exterior de la iglesia, y concretamente mirando las piedras de su ábside, encontramos por debajo de la ventana central y a la izquierda, un sillar reutilizado con los fragmentos de una inscripción.
¿Qué puede ser? ¿A qué época pertenece? ¿Qué significan esas letras? Pues vamos a intentar desvelar algunos misterios.
Transcripción
Se trata de un fragmento de una inscripción realizada en piedra caliza con un tipo de letra humanística capital, en castellano. Las letras que aparentemente podemos reconocer son:
A DE LA / QUE SA / V MOSE / VN AÑO Y / SMº SACRA / R QVEND / EV
Fragmento de la inscripción (Foto: Mercedes Gómez)
1ª línea: Al principio se aprecia la finalización de una línea diagonal correspondiendo posiblemente con una A, a continuación a E y la D se unen para formar una sola letra, la L es encuentra poco marcada pero apreciendo bien el ángulo recto de la letra, y finalmente la A aparece cortada.
2ª línea: La Q es la formación de una O semicerrada con una prolongación de un trazo recto hacia la derecha (como aparece en la 6ª línea). La VE aparecen unidas y la S y A son trazos bien apreciables.
3ª línea: Existen unas primeras líneas diagonales que pudiera ser una V y a continuación una M, una posible O (ya que se aprecia dos líneas curvas pero no claras), y a S y E que sí son apreciables.
4ª línea: Se lee claramente VN AÑO y a continuación se aprecia el asta o trazo vertical de una letra, posiblemene una Y. Hay que decir que la Ñ en época medieval y moderna no existía y la virgulilla o la línea que escribimos por encima es una abreviación de una doble NN.
5º línea: Empieza con la S, después la M con una pequeña O (lo que significa que es una palabra abreviada), después los siguientes trazos podrían tratarse de una S (aunque no estamos muy seguros) y la A, C y R se aprecian claramente. Posiblemente la siguiente letra sea una A. Sin estar seguros del todo posiblemente esta frase quiera decir S[ANTISI]MO SACRA[MENTO].
6ª línea: Se aprecia bien una R, le sigue una Q (como en la 2ª línea) y una V. A continuación hay un espacio donde parece que la piedra un poco picada sin saber si habría alguna otra letra en medio. Le sigue una posible E, una N y un trazo curvo unido a la N que podría ser una D.
7ª línea: Lo único que puede verse bien es una E y después un asta diagonal, posiblemente una V.
A qué pertenece
Este fragmento es indudablemente la reutilización de una lápida sepulcral o conmemorativa. La persona o difunto que encarga una lápida sepulcral es una persona de clase media-alta, lo suficiente adinerado como para poder tener un enterramiento y un epitafio que lo recuerde.
Los enterramientos desde la edad media solían producirse en el exterior de las iglesias, para aquellos sin recursos económicos, y en el interior de las iglesias, para los que tenían más recursos. Y dentro de este grupo, aquellos que podían pagar más dinero se enterraban más cerca del altar ya que era un modo de estar más cerca de Dios.
Al tratarse de una fragmento reutilizado como un sillar lo primero que nos preguntamos es de dónde proviene, si de la propia iglesia de San Nicolás o de otro lugar. Aunque sabemos que el ábside de San Nicolás se reformó a finales del siglo XV, no creemos que pueda tratarse de su interior ya que la propia familia del difunto habría pagado para que su recuerdo no se destrozara, a no ser que fuera suplantada por un epitafio de mayor coste. Podríamos pensar en un epitafio en el cementerio de San Nicolás, en el exterior, pero ¿alguien con el suficiente dinero para realizar un recuerdo en piedra estaría enterrado en el exterior? No lo creemos, ya que el mayor triunfo en aquel momento era enterrarse en el interior del templo y lo más cercano de la capilla mayor (para estar más cerca de Dios).
Datación de la piedra
Para precisar la datación de esta inscripción tenemos varios argumentos para decir que es de finales del siglo XV. Por un lado el ábside de San Nicolás fue transformado y ampliado a finales del siglo XV cuando se utilizó como capilla funeraria de la familia de los Zúñiga. Para ello levantaron un ábside poligonal con cubierta interior de nervios de crucería con terceletes, típica de este momento del reinado de los Reyes Católicos. Los sillares tienen un color blanquecino y se pueden apreciar afloramientos del cretácico superior, lo que hace pensar que la piedra procede de las Canteras de Redueña en las zonas de Guadalix de la Sierra, el Molar, Venturada o Torrelaguna, de hecho la parroquia de Santa María Magdalena de Torrelaguna (finales del s.XV) está realizada con esta misma piedra.
Por otro lado en la 4ª línea se puede leer claramente VN AÑO. Se puede referir bien a una edad (del difunto) o a una fecha (quizás la de la lápida). Si el ábside es de finales del siglo XV, descartamos que pueda ser 1501, por lo que podría ser 1481 o 1491.
La escritura es en letra humanística capital. Esta tipología de letra se empieza a utilizar a partir de 1408, por influencia de la letra carolingia y a su vez de la latina romana, con el fin de separarse de los caracteres decorativos de la letra gótica, por lo que esta inscripción está dentro de la época del siglo XV.
Por qué su reutilización
El reutilizar el epitafio puede deberse a dos motivos, pensando en todo momento que ha habido un contrato entre canteros y mecenas para traer piedra de las canteras del norte de Madrid y labrarlas para realizar la capilla del siglo XV, pudo haber ocurrido que:
1.- Bien que en un momento dado no quedara piedra y se decide reutilizar la piedra inscrita, porque pertenezca a una lápida del antiguo ábside, quizás reemplazado por la familia del fallecido.
2.- Bien que una vez construido el ábside se realizara algún arreglo o “chapuza”, de tal forma que sin haber quedado material se reutilizara la piedra. Pero esto nos llevaría nuevamente a la pregunta ¿pero de dónde se habrá reutilizado?
Conclusión
Al final, con todos estos datos, lo concluyente sobre esta inscripción es que perteneció a la segunda mitad del siglo XV, procedente de una lápida sepulcral y que fue reutilizada como sillar para hacer el ábside del siglo XV. Todo lo demás tendría que ser objeto de un mayor estudio o bien dejarlo en la conjetura o imaginación que siempre nos ofrece un Madrid escondido.
Por David Gutiérrez y Mercedes Gómez
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Este post ha sido posible gracias a los recuerdos de Mercedes Gómez, una gran amiga, compañera de paseos por Madrid, y amante de la ciudad de Madrid, su historia, cultura y arte, cuyo blog sobre Arte en Madrid ya es una fuente de referencia para todo aquel que quiera descubrir esta maravillosa ciudad.
Los enlaces y las fotografías están realizados por Mercedes Gómez.
Muchas gracias por esta colaboración, ha sido un placer, sabes que no será ni la primera ni la última.